Hoy quería mostraros un look con estos pantalones-falda, estilo japo o con aires de reminiscencia a LOCOMÍA que me encantaron. Unos pantalones que claramente llevaban mi nombre y os explicaré porque.
Esta es la historia de los pantalones que compré dos veces. Pasé por la tienda vintage habitual a la que voy en mi ciudad, me los probé y siendo la hora de cerrar y al no aceptar tarjeta, di paga y señal para pasar a recogerlos antes de 7 días.
Al día siguiente mi vorágine habitual me engulló y mi mente nunca más pensó en los pantalones, ni en Locomía ni en la tienda vintage de marras que amablemente me los tenía guardados.
Aproximadamente un mes más tarde visité la misma tienda con un amigo y… oh voilà! Allí volvían a estar mis pantalones. Los vi y los reconocí.
Y me gustaron aún más que la primera vez, por aquello de la emoción de haberlos perdido y recuperado: de pronto adquirieron un valor incalculable. Pero como pasada una semana la paga y señal caducaba… los tuve que comprar otra vez.
No obstante me encantan, originales y fresquitos, los veo un MUST este verano.
El bolso, lo compré en el Vintage Market de Altafulla, me lo vendió una chica encantadora por un precio más que módico y aunque por separado pueda tener un rollo un poco kitsch, creo que es capaz de levantar por sí solo cualquier outfit de verano. Fue verlo y pensar: ¡M Í O !
La camisa es de mi tarde-experiencia-religiosa en Primark. Tuve un momento de subidón y decidí apostar por el amarillo.
Las flatforms, del Sr. Amancio, os las enseñare mejor en otro post.
¡Feliz semana!!
Tenéis post en mi otro blog: YONOSOYGENTE, AQUÍ.