KIMONO ADDICTION

Buenos días chicas,

¿Qué tal os han ido estos días de Semana Santa? A mi genial. Las que me seguís por Instagram ya sabéis que he pasado unos días por el norte de España

Wowwww. Ha sigo genial. He agotado el cuerpo pero he descansado la mente ¡que me hacía mucha falta!

Hemos tenido un tiempo inusual. Sin ir más lejos en Bilbao llegamos a los 28 grados. Así que como la noche lo pedía y yo me moría de ganas de estrenar mi nuevo kimono pues…¡hágase!

Me lo puse para salir esa noche a escuchar jazz en el bar que hay justo enfrente del Museo Guggenheim. Un sitio ideal con muy buenas vistas (como os muestro en la última foto).

Tomamos las fotos con la caída del sol, así que veréis que la luz va cambiando. ¡Íbamos persiguiendo el último rayito aquí y allá! Pero es que nos cayó la tarde pateando la city (y atiborrándonos a pinchos #nonegarlarealidad).

El caso es que yo quería un kimono. ¡Me flipan! Pero necesitaba uno que:

• No parezca que voy disfrazada
• Que no sea tan extremado que me canse a los dos días
• Que tenga el largo perfecto. No me gustan lo que llegan hasta casi los pies.
• Por supuesto, que no se arrugue.
• Y que sea de un color discreto pero que tenga un estampado chulo.

 ¡Y es éste!

He tardado un poco en encontrarlo, pero…¡quien la sigue la consigue!

Es el que veis en la foto y…¡sí! Es nuevamente de Don Amancio, ese señor-marca con el que tengo una relación de amor-odio.

Los zapatos ya tienen varias temporadas, son unos Chie Mihara que salen todas las primaveras para hacerme sentir como Cenicienta camino del baile. Os aseguro que llevarlos es una pasada.

Y poco más, porque con dos prendas tan protagonistas lo que se presta es arroparlas únicamente con básicos: jeans pitillo y top blanco.

Vuelvo en breve chicas. Ya me diréis qué os ha parecido el look y si vosotras también sois kimono-adictas. 😉 Besazos.

Jazz con estas vistas…¡GENIAL!

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Y no os olvidéis de visitarme en mi otro blog: YoNoSoyGente

¡Que acaba de cumplir 3 añitos!